lunes, 24 de marzo de 2014

Cómo diferencias los sentimientos relacionados con las improntas emocionales y los inducidos por entidades energéticas parásitarias?

Traducido de: 
http://presenceprocessquestions.blogspot.com/2009/06/how-does-one-discern-between-feelings.html


P: Cómo diferenciar entre los sentimientos relacionados con improntas emocionales y los sentimientos de entidades energéticas parasitarias? Ambas experiencias nos conducen a historias mentales negativas y a actuar reactivamente. Mientras la manera de manejar las improntas emocionales es permanecer con ellas sin condición, respecto a las presencias externas has aconsejado lidiar con ellas mediante la práctica del Te-Veo. La última forma de "no hacer" parece ser un poco diferente en intención con "permanecer con el sentimiento sin condición".


R: En mi experiencia estamos más interesados en entender y discutir sobre los parásitos que en desahcernos de ellos. Esta fascinación sirve y alimenta al parásito y a menudo es provocada por ellos. Por ejemplo, discusiones sobre el 911 evitan que se preste atención alguna a la naturaleza causal de estos eventos, la cual es fuente de la continua vunerabilidad humana por nuestros miedos, ira, y dolor no resueltos. Aún buscamos un punto causal externo para estas situaciones. Cúantas publicaciones, sitios web, shows de panelistas de tv, y organizaciones de han creado para inspirar a otros a resolver el improntaminto emocional colectivo el cual deja a la humanidad vulnerable a este deliberado escenario de ordeñamiento masivo por parte de los parásitos? Pues ninguno que yo haya visto. En lugar de ello, las discusiones sobre el 911 alimentan resonancias temerosas, iracundas y desgarradoras sobre este tema, lo cual a su vez continúa alimentando las entidades energéticas responsables por estos eventos.



Los parásitos no son muy diferentes a los mosquitos. No son ni "buenos" ni "malos", son solo mosquitos y su naturaleza es perforar la protectora piel humana y beber sangre; se tienen que alimentar para sobrevivir. Algunas veces esto resulta molesto y además causar ronchas rojas las cuales rascamos, otras veces los efectos son devastadores, causando malaria la cual conlleva al debilitaiento de los órganos o la muerte. Algunas veces se alimentan individualmente u otras veces en grupos o enjambres. 



Los parásitos que se alimentan de nosotros los humanos predan nuestas cargas de las improntas emocionales. Ellos estimulan estos estados energéticos no integrados usando historias muy bien calculadas y eventos físicos perfectamente relacionados. Mientras nos inventamos historias para desviar nuestra consciencia de la incomodidad de nuestras improntas emocionales, los parásitos deliberadamente nos cuentan historias para despertar la consciencia de esta incomodidad. Preferimos suprimir nuestro discomfort interior, ellos requieren que nos demos cuenta de ello de manera que puedan alimentarse de las emanaciones energéticas que surjen de nuestros encuentros con el miedo, ira y dolor. Estos parásitos trabajan en grupos y como individuos. Son tan complejos en su actividad organizada como los son los humanos. Tienen líderes y seguidores. Hábilmente ellos nos reúnen en manada en estructuras familiares, organizaciones políticas, grupos religiosos, todo nivel de status social, lo que sea que sea necesario para mantener la mentalidad "otros vs nosotros" diseñada para disparar e inspirar conflicto.



Los parásitos nos tratan exactamente como tratamos al ganado. Algunas veces los tenemos en granjas, otras veces los cazamos por alimento, otras por deporte.

Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba. Si quieres entender a los parásitos ve a una granja de lácteos y verás como deliberadamente organizamos las vacas de manera tal que podamos exprimirlas indefinidamente. Tal como nosotros, los parásitos justifican su comportamiento parasitario porque no perciben otro posible paradigma dentro del cual puedan obtener su sustento. Han vivido de esta manera por millones y millones de años. Igual nosotros. Este paradigma parasitario establecido es al que estmos retando cuando declaramos "Elijo tomar responsabilidad por la calidad de mi experiencia". Más fácil decirlo que hacerlo.


Cuando somos presa de los parásitos, nosotros mismos también nos volvemos de naturaleza parasitaria. Todos somos parásitos de una forma u otra. Nuestro drama diario, sea por accidente, daño, enfermedad o explosión emocional es la carnada usada para succionar el sustento emocional (energía) a partir de otros puesto que no tenemos la capacidad de dárnoslo a nosotros mismos. Algunos de los emails que recibo son de personas que de hecho no quieren saber la respuesta a sus preguntas (mediante la exploración de su propia experiencia) sino que sólo están tratando de ganar algo de atención. Ellos no saben que están haciendo esto. Incluso si mi respuesa es algo grosera aún así me dicen "Gracias Michael". Porqué?, porque al responderles les doy atención, ahora se sienten mejor en vez de ganar la capacidad de aprender a sentir. Ahora, ya habiendo exprimido, piensan en otra pregunta como para mantener fluyendo el alimento. La mayoría de las veces tengo la compasión para responder y de hacer lo mejor para orientar sus consciencias a observar su intento parasitario. Sin embargo, algunas veces quisiera tener un mata-mosquitos gigante que cubriera todo el globo y así aplastar algunos. (Soy humano después de todo).



También he descubierto que entre más revelaciones doy sobre el comportamiento parasitario, recibo preguntas cada vez más detalladas sobre el asunto. Por eso detuve la serie Actuality Fiction. Igualmente no hay utilidad real en aletar a la gente sobre los parásitos si al menos no se han comprometido a la tarea de asumir la responsabilidad por la calidad de su experiencia. No hay utilidad en explorar este asunto cuando todo lo que logra es asustar a otros. 

Aún así, el mensaje fundamental permanece obvio y simple: Somos susceptibles a los parásitos solamente porque estamos improntados emocionalmente. Integra estas improntas emocionales y la fuente de alimento será eliminada.

He prescrito varias técnicas en los escritos de Te-Veo y en Siendo Nuestra Compañía. Aunque estás técnicas en sí mismas no remueven los parásitos, solo los fastidian ya que quedan al descubierto y despiertan nuestra conciencia de ellos. Esta conciencia es un paso necesario, porque hemos vivido con parásitos desde la niñez. Todas las familias son tratadas como manada por un grupo de parásitos generación tras generación. Una familia es como una pequeña fábrica de lácteos, la leche proviene de las improntas familiares compartidas. Hemos sido predados por estas entidades por tanto tiempo que ahora erróneamente identificamos su presencia como el ser que somos. Todo auto-odio surge de la identificación con energías parasitarias.  Así, el primer paso es ser capaz de discernir su presencia a nuestro alrededor. No me interesa lo que digan, Los Parásitos son una realidad.  Usualmente aquellos que la niegan lo hacen porque han encontrado a través de esta negación una manera de alimentarse, todos los llamados maestros espirituales a quienes les gusta la idea de tener seguidores o estudiantes o discípulos, es en realidad un parásito en un lindo disfraz blanco. Ellos son la peor clase de parásito porque predan a los demas bajo el disfraz de estarlos ayudando. Toda celebridad espiritual es parasitaria.

Los parásitos son transparentes en su presencia. Percibirlos es una habilidad adquirida. Podemos iniciar esta hablidad observando la naturaleza de nuestro propio comportamiento y pensamiento parasitario. Aún así, percibir a un parásito en sí mismo requiere desarrollar percepción sensorial. Ellos viven en el punto ciego, el aspecto perceptivo-sensorial a menudo descartado en nuestra experiencia. Nosotros los vemos a través de sentirlos.  Así, las varias prácticas como Te-Veo están diseñadas para asistirnos para poder percibirlos. Cuando podemos percibirlos simultáneamente podemos dejar de empoderarlos. Así los molestamos privándolos de una fuente fácil de alimento, y predeciblemente quedan desconcertados, así como al quitarle la dosis a un adicto su comportamiento se vuelve incrementalmente errático.

Sin embargo, si buscamos removerlos permanentemente de nuestro campo tenemos que aplicar el  "ser sin condición". Vamos a identificar su presencia a través de la percepción del sentimiento, y a "observarlos" (en vez de ser manejados inconscientemente por ellos) sin ninguna agenda particular diferente que revelarles que están siendo vistos claramente. El reto es que mientras ellos se molestan por esta deprivación, nosotros interiormente sentimos su reacción (porque ellos están anidados en nuestro campo). El reto entonces se vuelve no reaccionar a su reacción. Tal como nuestros sacerdotes, políticos y quienes obtienen beneficio con nosotros, nada causa en los parásitos mas incrementos en sus intentos por manipular que la súbita transparencia (trance que se vuelve aparente).  Sin embargo, cuando permanecemos en nuestro terreno y nos negamos a ser tratados como manada, su hambre crece a un punto donde tienen que despegarse para ir a la búsqueda de otra fuente de alimento. Cuando un pollo escapa de la jaula el granjero hambriento está preparado sólo para gastar una cierta cantidad de energía intentando atraparlo. El granjero eventualmente extenderá sus manos en el aire para tomar otra presa para sacrificar. 

El ataque parasitario más grande en la actualidad se llama "gripe porcina". Millones están siendo aterrorizados y están considerando prestarse para ser inyectados con esta nanotecnología parasitaria llamada vacuna. Una vez esta vacuna sea ingerida podríamos de hecho tener la gran pandemia de la que estamos asustados. El truco en esto es la responsabilidad personal y una gran dosis de gracia. Desplagarse de los parásitos es uno de los asuntos más complejos y uno de los predicamentos que enfrenta la humanidad. Es el punto ciego del cual fluye toda la miseria humana. Sin embargo, el punto causal para desparasitarnos permanece el mismo. Vamos a usar cualquier actividad eficiente para ganar conciencia de las improntas emocionales no integradas las cuales estos parásitos hábilmente estimulan para provocar el comportamiento reactivo que emana de los estados energéticos del miedo, ira y dolor de los cuales se alimentan. Mientras traemos estos estados emocionales a nuestra conciencia e iniciamos a irradiar el amor-luz de ser sin condición sobre ellos, volvemos a ganar conciencia de nuestra autenticidad e integridad y gradualmente dejamos de comportarnos como fuente de alimento para otros. Cuando limpiamos desde el interior nuestras experiencias vampíricas también nos limpiamos de comportarnos hacia los demás de esta manera. No hay nada de fácil en esto. Esta es la naturaleza de "la lucha por el alma".

Varios de los más grandes parásitos que actualmente predan la humanidad son de hecho adorados por nosotros. Nos han convencido de que son nuestros salvadores y hemos aceptado la invitación a su banquete. Excepto que nuestros estados emocionales sin integrar son lo que está en el menú. 

Me alegra que preguntaras esto. Todo lo requerido para integrar este predicamento y empoderarnos para hacerlo está en el Portal del Proceso de La Presencia. Integrar las improntas emocionales que nos convierten en ganado ordeñado energéticamente es el viaje que iniciamos a través del Proceso de La Presencia. Si requerimos mas que esto para nuestro entendimiento sobre este asunto, estamos simplemente alimentando una táctica parasitaria que nos conduce a creer que la liberación viene a través de "entender, hablar, discutir, etc". Hemos estado discutiendo el 911 por 8 años y aún nadie se ha levantado y dirigido su atención hacia el punto causal interior de tales escenarios deliberadamente parasitarios. 

Volverse consciente de las signaturas emocionales no integradas que son estimuladas por la actividad parasitaria y permanecer con el patrón energético sin condición es el único enfoque eficiente. En otras palabras, ama a los mosquitos, ámalos a muerte.

Un simple indicador de que estamos hospedando parásitos en nuestro campo es nuestra incapacidad para decir "no" cuando queremos decir "no" y "si" cuando queremos decir "si". Nuestra inhabilidad de sentar nuestro terreno energéticamente y comunicarnos honestamente con otros es evidencia de una alianza e infestación parasitaria. Sí, es una alianza. Permitirnos seguir siendo huéspedes de parásitos es una manera de validar nuestras justificaciones para continuar comportándonos de esta manera hacia otras formas de vida. Los humanos somos parásitos, y gradualmente nos estamos dando cuenta de que el mundo natural está equipado con matamosquitos bastante eficientes. Desparasítate o esquívalo, si tienes la voluntad...

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